martes, 18 de noviembre de 2014

La realidad de un niño nicaragüense sin oportunidades.



La realidad de un niño  nicaragüense sin oportunidades.
Objetivo: Conocer la realidad de nuestra niñez que vive en las calles o semáforos, y así sensibilizar a nuestros semejantes.
La pobreza, para quienes la sufren, se presenta en un paquete difícilmente sintetizable de privaciones materiales, sociales y culturales. La pobreza es una condición que degrada a quien la padece, hierre la autoestima y el espíritu de lucha. La pobreza también es una expresión política, en tanto se asocia a la falta de poder que tiene particularmente los grupos con carencias materiales. El día 15 de octubre nos dimos a la tarea de recorrer algunos semáforos de la capital para constatar la dura realidad a la que muchas veces los niños que no tienen oportunidades económicas, sociales y una solida educación. Se ven obligados a buscar las calles para la sobrevivencia tanto de ellos mismos como de sus familiares.
Al conversar con Luis, nombre ficticio, nos decía que él ve la necesidad de ir a las afueras de los centros comerciales para pedir la ayuda de las personas que frecuentan estos lugares, en esta ocasión se encontraba costado oeste del centro comercial Metrocentro, según él nos comentaba la dura realidad a la que día a día se somete, porque no es fácil sufrir en carne propia el rechazo que muchas veces las personas le hacen. Pero es la realidad  a la que se  ven sometidos los niños nicaragüenses que no cuentan con los recursos necesarios para lograr las metas a las que todo ser humanos aspira, él abandono sus estudios porque su familia es una familia muy pobre, su mirada triste y profunda nos decía su realidad.
Siguiendo nuestro camino en busca de  esa realidad que afrontan los niños desposeídos de nuestro país, específicamente de Managua, pudimos captar por medio del lente de nuestra cámara las imágenes de Angelito un nombre que le dimos por razones de seguridad a su integridad física y humana.
Angelito es un niño de 9 años, nos comentaba que él tiene un año de estar ganándose la vida de esa manera con su hermanito Antonio otro nombre ficticio. Según ellos es muy duro pasar de sol a sol en la calle, pero es la realidad a la que día a día se someten, para llevar algo a sus casas y así sobrevivir.
Nos cuestionamos ante tanta miseria, donde están verdaderamente las organizaciones que dan protección a la niñez, una mamá decía no me tomen fotos porque después las envían al ministerio de la familia y temo porque me quiten a mi niño puntualizo.


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