viernes, 31 de julio de 2015
Historia de Jonás.
Narrador 1: El Señor habló a Jonás, y dijo Dios.
Dios: Jonás Hijo de Amitay, prepárate y ve a Nínive la metrópoli
para anunciarles que su maldad ha llegado hasta mí.
Narrador 2: Jonás partió
hacia tarsís, encontró un barco que zarpaba hacia Tarsís.
Jonás: Quiero un boleto para ir a Tarsís y estar lejos de Jesús
Narrador 1: Dios desencadenó un violento viento en pleno mar, el
barco amenazaba con naufragar.
Marineros: Auxilio, Dios de nuestros padres no nos abandones en esta tempestad
Narrador 2: Y tiraron la carga por la borda del barco para
liberarlo de peso
Narrador 1: Jonás dormía profundamente en la bodega del barco
Narrador 2: El capitán se acerco a él, y le dijo.
Capitán: ¿Qué haces aquí dormido?, levántate e invoca a tu Dios se
apiada de nosotros y no perecemos.
Narrador 1: Propusieron entre todos
echar suerte para saber quién era el culpable del castigo, echaron
suerte y le tocó a Jonás.
Narrador 2: Preguntaron a Jonás, ¿de dónde eres?, por qué sucede esto, cuál es tu país, tu oficio?
Narrador 1: Jonás Respondió.
Jonás: Soy hebreo y creo en Yahvé, Dios del cielo que hizo el mar y
la tierra.
Narrador 2: Aquellos hombres se asustaron y dijeron.
Hombres: ¿Por qué me has hecho
esto?,
Narrador 1: Y le preguntaron.
Hombres: ¿Qué podemos hacer contigo para que el mar se calme?
Narrador 2: El mar seguía enfureciéndose.
Narrador 1: Jonás respondió.
Jonás: Láncenme al mar y el
mar se calmara, reconozco que soy culpable de esta tempestad que nos amenaza.
Narrador 2: Los hombres remaban para llegar a tierra firme, pero no
podían porque el mar seguía enfureciéndose.
Hombres: ¡Hay Yahvé, que no perezcamos por culpa de este hombre
Narrador 1: Tomaron a Jonás y lo lanzaron al mar, y el mar se calmó,
y aquellos hombres creyeron firmemente en Yahvé, le ofrecieron sacrificios y
promesas.
Narrador 2: Yahvé hizo que un pez se tragara a Jonás, Jonás tuvo en
el vientre del pez 3 días y 3 noches. Jonás oro desde el vientre del pez
diciendo:
Jonás: En mi angustia clame a Yahvé y él escuchó mi suplica, las
aguas asfixiaban el aliento, el abismo me envolvía, las aguas enredaban mi
cabeza, tú sacaste mi vida de la
tumba Yahvé, Dios mío.
Narrador1: Entonces Yahvé ordenó al pez que vomitara a Jonás en
tierra firme.
Narrador 2: Por segunda vez
Yahvé. Habló a Jonás.
Dios: Prepárate y ve a Nínive, para anunciarles el mensaje que yo
te comuniqué.
Narrador 1. Jonás se preparó y marchó a Nínive, de acuerdo con la
orden de Yahvé. En plazo de 40 días Nínive será destruida, los ninivitas
creyeron en Dios y se arrepintieron.
Narrador 2. El anuncio llego hasta el rey, y proclamó.
Rey: Hombres y mujeres, ganado mayor y menor, no prueben bocado, ni
pasten, ni beban agua. Que hombres y animales se vistan con sacos e invoquen a
Dios con insistencia, y que cada uno se convierta de su mala conducta.
Narrador 1: Jonás sintió un gran disgusto, se enfureció y oró así a
Yahvé.
Jonás: ¡Hay Yahvé, ya lo decía yo cuando estaba todavía en mi
tierra y por eso me apresure a uir a Tarsís. Pues sabía que tú eres mi Dios,
clemente, compasivo y misericordioso, así que Yahvé quítame la vida que antes
de estar vivo.
Narrador 2: Pero Yahvé le dijo.
Dios: ¿Te parece bien enfurecerte así?
Narrador 1. Jonás salió de la ciudad y se instalo al oriente, allí
hizo una choza y se sentó a su sombra.
Narrador 2: Entonces Yahvé hizo crecer una planta por encima de la
cabeza de Jonás, para darle sombra y liberarlo así de su malestar, Jonás se
puso muy contento con aquel árbol, al día siguiente, al rayar el alba Yahvé
envió un gusano y se comió la planta.
Narrador 1: Jonás empezó a desfallecer y se deseo la muerte,
diciendo.
Jonás: Prefiero morirme a estar vivo
Narrador 2: Entonces Dios dijo a Jonás.
Dios: ¿Te parece bien enfurecerte por el ricino?
Narrador 1: Respondió
Jonás: Sí me parece bien enfurecer hasta la muerte!
Narrador 2: Y Yahvé Replico.
Dios: Tú te compadeces de un ricino que no te ha costado hacer crecer, que al cabo de una
noche apareció y al cabo de otra desapareció, ¿ y
no voy a compadecerme de Nínive, la metrópoli donde viven más de veinte mil
personas que no distinguen el bien del mal, y una gran cantidad de animales?.
Género y diversidad sexual en Nicaragua.
En la
actualidad hay muchas cosas que denigran a las personas que tienen una
orientación indistinta a la nuestra.
Para el sociólogo René Arévalo Silva es necesario que se les respete y
sobre todo se les respeten sus derechos. También es importante que el Estado
garantice la igualdad entre hombres y mujeres, esto debe iniciarse desde que somos pequeños en
nuestras escuelas, donde se brinde un trato equitativo, sin ninguna clase de
distinción. ¿Qué es género? Conjunto de valores, actitudes, costumbres y
comportamientos que una cultura atribuye a hombres y mujeres. En este sentido,
podría decirse que con la teoría sexo – género se intenta explicar los procesos
mediante los cuales se adscribe la identidad de género en función de sexo. Con
el concepto de género, se rompe el sistema de creencias que deposita en la
biología, la causa de las diferencias conductuales entre hombres y mujeres.
Entiéndase
diversidad sexual, como un
término que se usa para referirse a la diversidad dentro de la orientación
sexual; de hecho, habitualmente se usa una clasificación simple de cuatro
orientaciones: heterosexual, homosexual, Transexual y bisexual.
En
nuestra cultura, ha sido dominante la idea del sexo como sinónimo de género así
las conductas socialmente aprendidas son vistas como naturales, esenciales e
imposibles de cambiar. De esta interpretación se derivan los estereotipos
sexuales. Algunos ejemplos de conductas socialmente aprendidas pero
consideradas como “naturales” o biológicamente determinadas para los hombres y
las mujeres son: Hombre: Fuerte, dominante, conquistador, independiente, no
llora, racional, duro, individualista, profundo, enérgico, agresivo,
desordenado. Mujer: Vulnerable, dependiente, coqueta, necesita protección,
llora con facilidad, intuitiva, delicada, dedicada a los demás, vana,
compasiva, amorosa, ordenada. Estas características son interpretadas como
naturales por fuerza social con que son impuestas en nuestra cultura machista
nicaragüense. Aún antes del nacimiento,
las expectativas del padre, la madre y todo el grupo familiar varían
dependiendo del sexo supuesto de quien va a nacer. Se presenta además, por lo
general, una preparación diferencial del ambiente los colores y el tipo de
ropa, los juguetes y los accesorios.
La
identidad de género se adquiere, por lo tanto, por la experiencia de vivir
desde el nacimiento con las expectativas, ritos y costumbres que la cultura
considera apropiados para el comportamiento masculino y femenino. El aprendizaje
no sólo se lleva a cabo en el grupo familiar, sino que es promovido, también,
en el sistema educativo, la publicidad, los mitos y la literatura.
Nuestra
identidad, como hombres o como mujeres, es alcanzada por medio de un proceso de
aprendizaje de lo que es prohibido, obligado o permitido de acuerdo con el
sexo, que nos garantiza la aprobación social necesaria para lograr el
sentimiento de pertenencia a la cultura en que nacemos, crecemos y nos desarrollamos.
Carlos un hombre que se considera bisexual compartió el siguiente
ejemplo la experiencia de un niño y una niña de cinco años. Ambos reciben
mensajes implícitos acerca de lo que es apropiado o no. Así, la niña será
estimulada si juega con muñecas y muestra un comportamiento dócil y apacible, pero
podrá ser sancionada o reprobada si juega con juguetes considerados,
tradicionalmente, masculinos tales como: motos, soldados y pistolas o bien,
muestra un comportamiento “rudo” y agresivo. En forma diferente, el niño
recibirá aprobación en la medida que su conducta se aleje o se distancie de
todo lo considerado femenino: jugar con muñecas, llorar o mostrar debilidad
frente a otros niños. Aún el contacto afectivo y el apego con la madre, también
podrán verse como peligroso y se le castigará o burlará por ello. Por ejemplo,
el uso de palabras peyorativas como “mamita” le indica cómo debe comportarse un
hombre en nuestra cultura nicaragüense.
Por el
contrario, las conductas agresivas, de poder dominio frente a otros niños,
suele ser aceptadas por todos los quienes viven a su alrededor. Además de la
exigencia para un comportamiento diferencial por el sexo, el sistema socio –
cultural establece, también, una valoración distinta y jerárquica para las
características supuestamente femeninas y masculinas.
De este
modo, la racionalidad es más valorada que la intuición, la independencia, el
mundo del trabajo público al mundo doméstico y el dominio a la habilidad de
cuido y atención de otros. Es decir las particularidades, típicamente,
masculinas son consideradas superiores y esenciales para el éxito personal, el
desarrollo cultural, científico y tecnológico y, por tanto, para el
mejoramiento de las condiciones de un país. En este sentido dado que las
características femeninas y masculinas son interpretadas como naturales,
también se considera natural la situación de privilegio de los hombres en el
campo social, político y económico.
El
determinismo biológico oculta la raíz social de la desigualdad y la
discriminación de las personas que tienen orientación sexual distinta en
nuestra cultura nicaragüense que está marcada por un machismo muy arraigado que
me atrevería a decir es de índole patriarcal. En el proceso de adquisición del
género, también se aprende a exhibir, tolerar o inhibir la conducta violenta.
En forma general, la sociedad promueve en los varones, la exhibición de
conductas violentas y, en las mujeres su exhibición; aunque en forma
específica, existen seres humanos que se salen de la norma social y encontramos
por tanto, mujeres con conductas agresivas y hombres con la habilidad para
cuidar de personas más vulnerables, “suaves” e interdependientes.
La teoría
del aprendizaje social contribuye, en forma específica, con la explicación de
los factores por medio de los cuales las personas aprenden a exhibir o inhibir
el comportamiento agresivo “en determinadas situaciones” y el por qué existen
diferencias sexuales en su manifestación. Una conducta agresiva dependerá,
entre otras cosas, de los siguientes elementos: a) La intensidad de la
motivación para herir o lastimar a otros. b) El grado de frustración frente al
ambiente. Es decir, la presencia de acontecimientos que bloquean el logro de
las metas personales, incluyéndose, también, los sentimientos de impotencia que
impiden la persecución de objetivos importantes. Antiguamente se pensaba que
este era el factor principal que causaba la agresión. Ahora, sin embargo, se le
ve únicamente como un elemento contribuyente y que por sí solo no explica la
aparición de tal conducta.
Específicamente
podríamos examinar la frustración y la impotencia que sienten las mujeres, amas
de casa u obreras, esto no las lleva a golpear, violar o herir a sus esposos.
c) La intensidad y frecuencia de recompensas hacia la conducta agresiva. La
tolerancia de la misma, por parte de otras personas, también se interpreta como
recompensa a la violencia. En nuestra cultura, los varones somos más
estimulados en contraste con las mujeres a exhibir este tipo de
comportamientos. El boxeo…un ejemplo de ellos… d) La observación e imitación de
“modelos agresivos”. Ejemplo, los hijos varones de padres que golpean a sus
esposas, tienen una probabilidad mayor, cuando adultos, de abusar de sus
parejas que los niños criados en hogares sin violencia. De igual manera, la
agresión recibida también actúa como modelo para responder a situaciones
conflictivas. Los modelos pueden ser de la vida real, del cine o la televisión.
e) La cantidad de culpa o censura asociada a la expresión de los violentos.
Otro ejemplo de la desigual que existe
entre géneros es: Los hombres casados se consideran como propietarios de sus
esposas e hijos (as). Por su experiencia de vivir desde el nacimiento en
nuestra cultura, el niño aprende que los padres tienen poder y control frente a
sus madres. Por ejemplo, ellas complacen, sirven, pueden pedirles permiso para
salir, estudiar o trabajar y necesitan de la aprobación masculina para tomar
decisiones. En nuestro país, el uso del apellido del esposo es común “Sra. De
Z, es claro ejemplo de la concepción de las mujeres como propiedad masculina.
Esta idea es reforzada en su contacto con otras familias, en la escuela y en la
televisión. De igual manera, los hijos y particularmente, las hijas son
considerados propiedad paterna y es común escuchar argumentos de padres
incestuosos tales como “primero mía y después de otro” o como una vez decía un
hombre encarcelado en Honduras por tal delito: “yo no sé porque estoy preso si
yo no he hecho nada malo, no he robado, no he matado, no le he hecho nada malo
a nadie. Mis hijas son mías y nadie tiene que meterse” Con frecuencia solemos escuchar algunos comentarios como el
siguiente: Los hombres no deben expresan sentimientos asociados con su
vulnerabilidad. El llanto, la ternura, el temor y la tristeza, propios de la
condición humana, para mí desde mi visión de cristiano. He visto también como a
veces los hombres somos inhibidos en nuestra expresión. Y lo que veo en esto es
que al no tener contacto con ellos (sentimientos) estos pueden ser
desvalorizados y nos lleva a no entender cuando estos son expresados por otras
personas.
Algunos
conceptos erróneos acerca de nuestra masculinidad: Los hombres no deben
llorar”, “nosotros no deberíamos sentir ninguna clase de emociones”” existen
sentimientos masculinos y sentimientos femeninos” “ los sentimientos son insalubres
y demuestran debilidad”, “ expresar los sentimientos es infantil”, “ los
adultos superan su necesidad de llorar”, “ las mujeres tienen libre acceso a
sus sentimientos, los hombres no”, la lógica es masculina, los sentimientos son
femeninos”, los sentimientos significan que está fuera de control.
Bien la
vinculación entre sexo y emociones. El contacto afectivo suele verse como
propio de la condición femenina e inhibirse, de esta manera, en los hombres. La
prohibición al contacto físico entre hombres (incluido el padre) y la temprana
separación e inhibición de éste con la madre, posibilitan la creencia de que la
expresión del afecto solo es posible por medio del contacto sexual. Los hombres
que hemos sido socializados con este mensaje tenemos mayores probabilidades de
interpretar el acercamiento afectivo de las mujeres, las niñas y los niños como
una invitación al sexo. En un país tan ortodoxo se necesita una gran educación
para aprender a convivir,. Sin discriminar a nadie por su condición u
orientación sexual.
Para el
activista de la Comunidad LGTB, en Nicaragua, Jorge Antonio Fidler, asegura que
cada vez se dan pasos aunque sean lentos, pero se ve la aceptación en algunos
sectores de la sociedad sobre la diversidad sexual, mas tolerancia, iniciativas
de parte del estado, aun que considera que en política todo es válido, refiriéndose
que a veces estas organizaciones son manipuladas.
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