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l Estado a consecuencia de una elección por parte
del pueblo, debe ser consciente de tener como vocación natural de educar,
enseñar y orientar.
De antemano instruir significa, enseñar y educar a
cada individuo y a todos, creando así cultura.
El Estado Nicaragüense ha hecho un compendio de las
leyes referentes a la Familia, mejor expresado Código de la Familia.
Como todo cambio y adaptación de leyes, costumbres, gustos y servicios necesitan estudios de
factibilidad para su debida aplicación, ante esto el Estado falló. ¿Por qué falló? , por el simple hecho que no
se llevo a una consulta amplia ante la sociedad, sino simplemente se aprobó de
manera unánime; el hecho de ser o tener la mayor parte de votos, no les hace
inmunes a consultar la sociedad que les llevo al poder.
La tarea de dictaminar un nuevo código de la
familia, fue una idea muy interesante ya
que vivimos en una sociedad tan compleja y desafiante, por los rápidos cambios
sociales, económicos y culturales, pero sobre todo, por una mentalidad, y forma
de cultura que llevan a dudar del valor de la familia. En última instancia de
la bondad de la vida, una situación que por obvios motivos, dificulta
grandemente la transmisión, especialmente a
los más jóvenes de algo válido y
cierto, de normas de comportamientos y de objetivos creíbles, sobre los cuales
construir la propia familia.
Vivimos inmersos en una sociedad, que trata de
imponerse como principios de progreso y de vida, la Creatividad artificial de
la propia vida.
Cuando se dio paso al debate sobre el nuevo Código de la Familia algunos grupos
Anti – Familias – Entre hombre - mujer, se pronunciaron en contra de porque el
Estado debía, ver a la familia como el núcleo esencial y fundamental de la
sociedad, (estos grupos de la sociedad civil, ven al matrimonio entre hombre y
mujer como una amenaza) , por ende quieren que el Estado , de iguales derechos y
deberes a las personas que tienen una orientación o atracción a personas del mismo sexo.
A ello se une el grave fenómeno del deterioro del
concepto mismo de familia. Las rupturas matrimoniales y la subsiguiente
desestructuración familiar, inutilizan las posibilidades reales y hasta las
capacidades, en los padres, de educar a los hijos. La absorción exhaustiva de
la vida del padre y de la madre por el ejercicio de la profesión, con la
secuela inevitable de su alejamiento no sólo físico sino también psíquico,
afectivo y espiritual de los hijos, les impide ejercer un compromiso educativo
serio. Y, de hecho, no pocas familias van dejando de participar en las
responsabilidades educativas de los hijos.
Promulgando nuevas leyes el Estado, enseña, educa y
ayuda a la configuración de una nueva sociedad. El Código de la familia hacía
allá debe apuntar sin perder de vista
lo que dice la Carta Magna ( Constitución Política) , en
los artículos 70 – 79. Sobre la Familia.
Si todo oficio o
profesión requiere una preparación
seria y una actualización constante, la tarea de promulgar leyes a favor de la
sociedad es sin duda una de las más delicadas y exigentes. Se trata de una
tarea que supone conocimiento del ser humano, coherencia de vida y
espíritu de entrega capaz de inspirar, motivar y convencer también a los demás.
Se trata de una tarea que
reclama, ante todo, su buena aplicación, porque vivimos en un país donde se
goza de unas leyes muy bellas redactadas, pero que muchas veces a la hora de su
debida aplicación no se imponen a todos por igual, siempre prevalece la
influencia de poder, ya sea económico, político o la presión social, es ahí que
este nuevo código debe velar, su ejecución, veraz y oportuna. De nada sirve
tener las leyes más bonitas y con sentido de redacción muy bueno si no se saben
aplicar.
Por tanto, el primer valor fundamental que el
Estado nicaragüense necesita adquirir,
promover, difundir, enseñar, es aquel de la verdad, el Papa Benedicto, XVI,
Solía decir durante su Pontificado: sin la luz de la verdad, antes o después,
toda persona queda condenada a dudar de la bondad de su misma vida y de las
relaciones que la constituyen, de la validez de su esfuerzo por construir con
los demás algo en común”. Quien
conoce la verdad, puede iluminar con ella la realidad personal, comunitaria e
histórica; quien la desconoce, carece de criterios fundamentales para orientar
su vida; y quien conociéndola no vive de acuerdo a ella, acaba por deformarla,
porque la verdad llama a configurar a ella toda la vida.
Si, la Constitución Política nicaragüense en el
artículo 26, inciso 1; expresa que toda persona tiene Derecho a su vida privada
y la de su familia, ¿Por qué el nuevo Código de la Familia reformado, faculta,
o crea los llamados Gabinetes de Familia Salud y Vida?, es incoherente a razón
de la verdad que emana de la Constitución Política o simplemente por medio de
estos grupos afiliados al partido Frente Sandinista, se quiere llegar a un
control total o parcial del Estado, si es así ojo…
En
esta perspectiva, es ante todo importante que la familia se dé cuenta y tome
conciencia de su vocación como comunidad educativa, como espacio esencial y
privilegiado de toda educación humana y cristiana; ser consciente de que el
Estado tiene el derecho de educar a sus ciudadanos, y esta
familia tiene derecho a vivir unida, y en un ambiente favorable, sin temor a
que nada, ni nadie pueda controlar sus vidas privadas, de esa manera se creara
personas, críticas e independientes, y no así condicionar la propia
inteligencia y la libertad inherente al ser humano. Tomando en cuenta lo
anterior somos los únicos seres responsables que podemos elegir, cómo ser, como
conducirnos, nuestro porvenir, somos libres para decidir lo que queremos ser y
también hacer, es decir no es un grupo de Ciudadanos partidista nos digan que
debemos, ser y hacer.
El autor es: Estudiante
de II Año de Periodismo, de la Universidad de Managua. U de M.
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