Nació en Polonia,
en 1932, falleció en el año 2007.
Fue escritor y
periodista, sufrió en su infancia las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.
Estudio historia en
la Universidad de Varsovia
Fue corresponsal de
guerra por varios años, desde 1958 – 1981.
Presencio 27
revoluciones
Fue condenado en
cuatro ocasiones, para ser fusilado.
Fue nominado para
ser candidato al premio nobel de literatura.
Su literatura ha
sido traducida a varios idiomas.
Fue considerado el
mayor periodista del siglo XX, además catalogado como un gran portaestandarte de la ética en la profesión
periodística.
Fue amigo del
Ernesto El Che Guevara.
Uno de sus escritos
que más me ha impactado es el que titula” Los Cínicos, no sirven para este
oficio”, haciendo alusión al ejercicio del buen periodismo. Un excelente periodista con sentido innato, de observación e intuitivo, sencillo
y profundo, capaz de empatizar con todas las esferas del poder y popularidad.
Los cínicos no
sirven para este oficio; es un libro
exquisito que te adentra al amplio mundo de la comunicación social, ya que te
incentiva, sensibiliza y te proporciona elementos para desarrollar la profesión
desde una genuina pasión por los semejantes.
Es impresionante
como hace una simbiosis de lo que es y debería, ser y hacer un periodista,
siempre es bueno cuestionarse, sobre lo que hacemos y callamos. El futuro está
en nuestras plumas y manos, o simplemente seguiremos siendo ciegos y mudos.
Ébano, es otro
libro que me ha dejado una gran enseñanza y lección en mi vida personal y
profesional, y que sin dudas invito a leerlo, porque en este libro está
presente, la tenacidad, perseverancia, lucha y fuerzas para seguir adelante
cuando hay pasión.
Además, Ébano es
una obra de capital importancia que no debe pasar desapercibida para los
comunicadores sociales.
Escribió para
agencias para medios de comunicación como The New York Times, Frankfurter
Culmino con este
bello e inspirador pensamiento.
Nuestra profesión
no es para egoístas, es una profesión visible y se ejerce abiertamente para los
ojos de la sociedad que reconoce a los buenos de los malos periodistas. Es
decir no hay sociedad que funcione sin periodistas, porque simplemente
cuestionamos, somos una arena en el zapato del poder…
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