Se ha iniciado esta nueva
semana, teniendo sobre la agenda las protestas que realizan grupos de
estudiantes de la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN).
Los tiempos pasan a
velocidad, y con ello autoridades universitarias han decidido fusionar algunas
carreras con otras, es decir movilidad de estudiantes a otras aulas, lo que
realmente afecta de manera significativa el aprendizaje académico de los estudiantes.
Allan Martínez, Presidente
de UNEN, aseguro al Canal de Noticias de Nicaragua CDDN23, de manera categórica
que su protesta radica de manera fundamental en el cambio arbitrariamente tomado por el secretario académico, sin
consentimiento del Consejo Universitario único ente capaz de hacer
modificaciones.
Es evidente que las
modificaciones afectan de manera directa
e indirectamente la formación académica y pedagógica. En el transcurso de mi
preparación académica, he vivido desde el año 2013, el fenómeno de la
rotatividad de aulas según la clase… Un fenómeno que lo he bautizado tener
cantidad, y no calidad, es decir tengo 70 estudiantes en una aula, y no 25,
porque simplemente tener 25 por aula, eso genera contratar más docentes lo que
significa que las Universidades solo apuntan a su capitalización, y no a la
calidad de educación.
Comparto el pensamiento de
Allan Martínez líder de UNEN, porque solo cuando se es crítico, reflexivo y
se plantean cambios será posible armonizar la calidad de educación, máxime en
un país donde nuestra educación es deficiente.
Con espíritu pacifico, Allan
Martínez, reto de manera humilde, con
espíritu humano y con sensatez, a las autoridades universitarias a buscar una
salida a lo planificados por la UNAN.
Estos y otros temas de
actualidad, de los que no escapamos quienes somos formando debe invitarnos
tomar conciencia de ello, ya que según la postura que tomemos así incidiremos
en los aprendizajes, y eso nos debe comprometer, para aspirar a un mejor nivel
de calidad en la educación.
Los estudiantes somos el
presente y el futuro de la transformación de la sociedad, no somos seres
robotizados, extraños, ajenos a los acontecimientos de nuestra sociedad
nicaragüense, cuando somos capaces de cuestionar, viviremos con pasión y
determinación nuestras profesiones, y así convertirnos en personas útiles a la
sociedad que cada vez se vuelve más competitiva.
Así que en resumen educar no
es imponer.
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