martes, 6 de junio de 2017

Un pensador será un gran revolucionario.


Es evidente, que el pensador, escritor, periodista, filósofo y poeta cubano, José Martí escribiera que los incultos querrán gobernar a base de fuerzas, Martí decía que educar no era dar carrera para vivir, sino templar el alma para la vida, es decir amaestrar en razón de la función de ser y servicio, un ser humano instruido y aleccionado, será un excelente conductor de sí mismo y de la sociedad.
Un pueblo que viva en la ignorancia, puede llevar a suscitar revoluciones violentas, no obstante la educación sin conocimientos de un contexto histórico puede llevar a la domesticación de la sociedad, es decir como sucede con algunos Medios de Comunicación, que en vez de formar a la sociedad la deforman.
De igual no existen escuelas para formar personas políticas, son ellas en medio de su ser y conciencia que se van formando, si no veamos, cuanta corrupción, injusticias, ello no excluye que los gobernantes sean incultos, lo que existe es maldad, egoísmo, y abuso de poder.
En muchas ocasiones quienes toman el poder se olvidan que su vocación es el servicio, y por ende siempre habrá una sociedad que reclame, porque una sociedad culta es un poco complicada gobernarla, someterla, domesticarla, ya que está sobrepondrá su criterio, y creen en su propia sabiduría no en lo que dice el gobierno, el que no sabe, está predispuesto a vivir siempre subyugado por el poder, además se vuelve conformista, sin criterio, alejada de la realidad, no cuestiona.
Aquí haré alusión a mis colegas, que han llegado a catalogarme como ciudadano que ataco al gobierno, quiero dejar muy claro que mis críticas son en pro de una nación justa, de Instituciones estatales que estén al servicio de la sociedad, y no de un partido político, de una sociedad que sea audaz, capaz de pensar libremente, que no viva con temor a expresarse.
O quienes piensan abiertamente de mi forma de ejercer mi pensamiento como estudiante, les pregunto. ¿Están estudiando para defender partidos o poderes?, al menos yo desde que me inicie en la carrera de Periodismo iba con una visión clara. Todos mis argumentos siempre los sustento con cierto grado de prudencia, recordando a mis maestros de filosofía y metafísica que solían decir. Que la virtud de expresar el pensamiento, es una virtud intelectual, es decir está llena de valores y por ende se sustenta en virtudes morales, por la importancia y práctica.
Recordemos que cuando hacemos uso de la comunicación, en estilo indirecto, nos podemos volver desconsiderados, insensibles, deshonestos y mentirosos. Por tanto debemos ser directos para no ofender la inteligencia de nuestros interlocutores, cuando hacemos uso de la comunicación directa, sencilla, esta se aprecia, se visualiza con cierto grado de honestidad y transparencia.


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