Es conocido que se han
realizado estudios, sobre el tema de la familia sin llegar a una conclusión
específica ni determinada. La familia es por su naturaleza un tema tan complejo
que no puede definirse e interpretarse de un día para otro, se ha abordado desde
diversos aspectos: antropológico, sociológico, filosófico, psicológico,
pedagógico y teológico. Todos, en su contexto saben que no se ha expresado la
última palabra, debido a los diferentes caracteres de quienes la forman, así como su individualidad, sus
problemas a nivel de personas y proyección a la sociedad.
En el aspecto
antropológico, el ser humano ha ido evolucionando biológica, histórica y
culturalmente.
Socialmente, la familia se
ha reducido a una relación de interés, ya que cada uno de sus miembros necesita
de los demás. La visión cristiana va más allá de este minimalismo pues el varón
y la mujer se complementan para la procreación. En el matrimonio forman una
alianza indisoluble “Lo que Dios unió “, no lo separe el hombre (Cfr. Mt 19, 6;
Mc 10, 2 – 16).
Filosóficamente la familia
(el padre y la madre) tienen diferentes formas de pensamientos, pero deben
estos abonar, para sobrellevar con sabiduría, una gran responsabilidad que es
la de formar a los hijos.
Desde el aspecto
pedagógico, no todos los padres tienen
un nivel académico que les capacite para conducir su propia familia, pero
tendríamos que analizar si una educación académica es relevante para vivir
comprometidos con la responsabilidad de ser padres.
Desde el aspecto
psicológico, no es posible para un padre y una madre de familia común analizar
las actitudes y reacciones de sus hijos, y esto es algo que perjudica la
adecuada formación de los mismos.
La
familia cristiana, a ejemplo de Jesús, que vino al mundo a llevar la palabra de
su Padre a todos los hombres, así tiene la misión de seguir sus pasos, de
evangelizar; primero que nada, a sus propios hijos y a todos cuantos le rodean.
Con la
oración diaria, es decir, platicando con Dios en cada momento, contándole todo
lo que pasa entre la familia para así estar más cerca de Él, es como se va a
fortalecer la unión y el amor que existe entre los miembros de la familia. Y,
si una familia que está unida por medio
de la oración común, el respeto a todas las personas (que somos imagen y
semejanza de Dios) se vivirá continuamente, como Dios lo ha planeado.
Es muy
bueno el que todos los días, en familia se lea la Palabra de Dios. Si Dios está
presente en las conversaciones, el comportamiento de los miembros de la familia
será reflejo del amor de Dios. Si únicamente se habla de fútbol, chismes,
envidias,..., el comportamiento de la familia será de la misma manera.
La
familia cristiana es privilegiada entre las que no son cristianas, ya que es
llamada por Dios nuestro Padre a ser en donde se dé la educación en los valores
cristianos como el amor, la ayuda mutua, el servicio a los demás y sobre todo,
a seguir a Cristo como lo hicieron sus apóstoles.
La pura
gracia de la salvación se manifiesta particularmente en el bautismo de niños.
Por tanto, la Iglesia y los padres privarían al niño de la gracia inestimable
de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después de su nacimiento. Deben reconocer que esta práctica corresponde
también a su misión de alimentar la vida que Dios les ha confiado.
Por tanto consideramos que
se necesita fundamentar con los valores olvidados por la secularización y la
falta de Dios en la vida de los ciudadanos; para que las futuras familias
puedan ejercer verdaderamente su papel de formadoras de la sociedad,
aprovechando las nuevas tendencias tecnológicas.
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