En Nicaragua, necesitamos un
verdadero estadista, no alguien que participe en procesos electorales con
planes fugaces.
El Estadista es alguien que
piense en crear fuentes de empleos, no alguien que al concluir un proceso
electoral este planificando la siguiente campaña electoral.
Un Estadista que piensa en
el bien común
Un Estadista que no
complazca al electorado con migajas,
sino con buenas fuentes de empleos.
Un buen Estadista sabe
escuchar a sus ciudadanos, y no decir al ciudadano lo que desea escuchar, aquí
hago alusión a algunos medios de
Comunicación al servicio del gobierno, cuando entrevistan y cercenan lo que no
convenga.
Un buen Estadista, no debe
prometer lo imposible
Un Estadista no debe
acomodarse
Un Estadista debe ser un
visionario del contexto nacional
Un buen estadista no
necesita de adulación, no coacciona a los trabajadores estatales.
No debe utilizar los
recursos del Estado para enriquecimiento familiar.
El Estadista debe entender
que no es indispensable
Un excelente Estadista se
preocupa por erradicar la pobreza, un mal Estadista la incentiva.
El Estadista visionario se
preocupa en las futuras generaciones
Un Estadista formula
proyectos de contenido común y profundo.
El auténtico Estadista debe
ser un ejecutivo pertinente y eficaz en su administración.
El Estadista debería ser
alguien que no se sirva de las instituciones gubernamentales para mantenerse en
el poder.
Un Estadista debe dejar que cada institución actúe según función y su reglamento.
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