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l gobierno nicaragüense a consecuencia de una elección por parte del
pueblo, debe ser consciente de tener como vocación natural de educar, enseñar y
orientar, es decir con la aprobación de nuevas leyes se debe, aleccionar e
instruir a cada individuo y a todos, creando así cultura.
El Estado Nicaragüense ha hecho un compendio de las leyes referentes a
la Familia, mejor expresado Código de la Familia.
Como todo cambio y adaptación de
leyes, costumbres, gustos y
servicios necesitan estudios de factibilidad para su debida aplicación, ante
esto el Estado falló. ¿Por qué falló? ,
por el simple hecho que no se llevo a una consulta amplia ante la sociedad, fue
aprobado con la mayoría de votos, 64, es decir 62 del partido en gobierno y 2
de las demás fracciones partidarias, de 92 parlamentarios.
La tarea de aprobar un nuevo código de la familia, fue una idea muy interesante ya que vivimos en una
sociedad tan compleja y desafiante, por los rápidos cambios sociales,
económicos y culturales, pero sobre todo, por una mentalidad, y forma de
cultura que llevan a dudar del valor de la familia. En última instancia de la
bondad de la vida, una situación que por obvios motivos, dificulta grandemente
la transmisión, especialmente a los más
jóvenes de algo válido y cierto, de
normas de comportamientos y de objetivos creíbles, sobre los cuales construir
la propia familia.
Vivimos inmersos en una sociedad, que trata de imponerse como principios
de progreso y de vida, la Creatividad artificial de la propia vida.
Cuando se dio paso al debate sobre
el nuevo Código de la Familia algunos grupos Anti – Familias – Entre
hombre - mujer, se pronunciaron en contra de porque el Estado debía, ver a la
familia como el núcleo esencial y fundamental de la sociedad, (estos grupos de
la sociedad civil, ven al matrimonio entre hombre y mujer como una amenaza) ,
por ende quieren que el Estado , de iguales derechos y deberes a las personas
que tienen una orientación o atracción a personas del mismo sexo.
A ello se une el grave fenómeno del deterioro del
concepto mismo de familia. Las rupturas matrimoniales y la subsiguiente desestructuración
familiar, inutilizan las posibilidades reales y hasta las capacidades, en los
padres, de educar a los hijos. La absorción exhaustiva de la vida del padre y
de la madre por el ejercicio de la profesión, con la secuela inevitable de su
alejamiento no sólo físico sino también psíquico, afectivo y espiritual de los
hijos, les impide ejercer un compromiso educativo serio. Y, de hecho, no pocas
familias van dejando de participar en las responsabilidades educativas de los
hijos.
Promulgando nuevas leyes el Estado, enseña, educa y
ayuda a la configuración de una nueva sociedad. El Código de la familia hacía
allá debe apuntar sin perder de vista
lo que dice la Carta Magna ( Constitución Política) , en
los artículos 70 – 79. Sobre la Familia.
Si todo oficio o profesión requiere una preparación seria y una actualización
constante, la tarea de promulgar leyes a favor de la sociedad es sin duda una
de las más delicadas y exigentes. Se trata de una tarea que supone
conocimiento del ser humano, coherencia de vida y espíritu de entrega capaz de
inspirar, motivar y convencer también a los demás. Se trata de una tarea que
reclama, ante todo, su buena aplicación, porque vivimos en un país donde se
goza de unas leyes muy bellas redactadas, pero que muchas veces a la hora de su
debida aplicación no se imponen a todos por igual, siempre prevalece la
influencia de poder, ya sea económico, político o la presión social, es ahí que
este nuevo código debe velar, su ejecución, veraz y oportuna. De nada sirve
tener las leyes más bonitas y con sentido de redacción muy bueno si no se saben
aplicar.
Por tanto, el primer valor fundamental que el Estado nicaragüense necesita adquirir, promover, difundir,
enseñar, es aquel de la verdad, Benedicto, XVI, acostumbraba decir durante su
Pontificado: sin la luz de la verdad, antes o después, toda persona queda condenada
a dudar de la bondad de su misma vida y de las relaciones que la constituyen,
de la validez de su esfuerzo por construir con los demás algo en común”.Quien
conoce la verdad, puede iluminar con ella la realidad personal, comunitaria e
histórica; quien la desconoce, carece de criterios fundamentales para orientar
su vida; y quien conociéndola no vive de acuerdo a ella, acaba por deformarla,
porque la verdad llama a configurar a ella toda la vida.
Si, la Constitución Política nicaragüense en el artículo 26, inciso 1;
expresa que toda persona tiene Derecho a su vida privada y la de su familia,
¿Por qué el nuevo Código de la Familia reformado, faculta, o crea los llamados
Gabinetes de Familia Salud y Vida?, es incoherente a razón de la verdad que
emana de la Constitución Política o simplemente por medio de estos grupos
afiliados al partido Frente Sandinista, se quiere llegar a un control total o
parcial del Estado, si es así ojo…
En esta perspectiva,
es ante todo importante que la familia se dé cuenta y tome conciencia de su
vocación como comunidad educativa, como espacio esencial y privilegiado de toda
educación humana y cristiana; ser consciente de que el Estado tiene
el derecho de educar a sus ciudadanos, y esta familia tiene derecho a
vivir unida, y en un ambiente favorable, sin temor a que nada, ni nadie pueda
controlar sus vidas privadas, de esa manera se creara personas, críticas e
independientes, y no así condicionar la propia inteligencia y la libertad
inherente al ser humano. Tomando en cuenta lo anterior somos los únicos seres
responsables que podemos elegir, cómo ser, como conducirnos, nuestro porvenir,
somos libres para decidir lo que queremos ser y también hacer, es decir no es
un grupo de Ciudadanos partidista nos digan que debemos, ser y hacer.
El autor es:Estudiante de II
Año de Periodismo, de la Universidad de Managua. U de M.
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