Nuestra
vida humana siempre estará regida por normas, principios y valores, todos estos
aspectos nos ayudan a conocer nuestra
interioridad, como son condicionamientos, decisiones y la propia
responsabilidad, es por ello que con una buena praxis en el ejercicio
periodístico, reforzará la comprensión del hombre de acuerdo a su entorno en el
que se dirige sea: Social o cultural y así saber hacia dónde se mueven sus
opciones éticas.
En un
mundo que se mueve aceleradamente, con la inmediatez de las tecnologías de la
comunicación, el periodista está llamado a reflexionar y pensar, sobre los
principios y valores que soportan la profesión, considerar como un valor
inmenso que tiene el comunicador, sobre la formación y creación de actitudes
humanas.
La
vida de todo ser humano siempre estará condicionada por dilemas éticos, sin
embargo el periodista o los medios de comunicación están llamados a difundir
mensajes, donde la verdad sea la consigna o el valor que les identifiqué, y así
este sea aceptado por toda la sociedad.
La
atención que se debe dar al trato de la información no es una abdicación de la
propia naturaleza o misión de la profesión, sino verlo como un servicio entorno
a la vocación de ser periodista, para que los valores y la ética en el
ejercicio profesional sean eficaz, donde el comunicador sea el facilitador que
interpele el contexto y los signos de los tiempos.
Desde
esa dimensión y según la teoría crítica, el periodista debe actuar con
objetividad, ya que la objetividad desde un aspecto histórico requiere juicios
de valores, es decir la función de los comunicadores debe estar al servicio de
la autonomía humana, para que esta sea efectiva
con el mensaje liberador.
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